Son diversas las variables que influyen en la aparición de la maternidad y paternidad
en la adolescencia, resultando difícil desvincular una de otra. Sin embargo, pueden
agruparse en tres categorías: factores internos o propios de la persona adolescente y
factores externos o del contexto en el que se desenvuelve.
Entre los factores internos destacan:
• Inicio de la actividad sexual sin contar con información y recursos preventivos a su
alcance; resistencia al uso de los métodos anticonceptivos; sentimiento de
omnipotencia característico de la adolescencia: “a mí no me pasa lo que le pasó a mi
amiga/o”; carencia de interés en la escuela, familia o actividades comunitarias; escape
de grupos familiares disfuncionales (con problemas); influencia del alcohol y otras
drogas, que limitan el control de los impulsos; inexistencia de un proyecto de vida;
percepción de pocas o ninguna oportunidad para el éxito y falta de expectativas
diferentes a la maternidad; cumplimiento de asignaciones de género construidas en su
contexto, “como la necesidad de tener hijos para probar la feminidad o de probar la
virilidad a través de la iniciación sexual y la procreación”; vivir en comunidades (como
el medio rural) o escuelas donde los embarazos tempranos son comunes y se
consideran como algo natural; crecer en condiciones empobrecidas; ser hija de madre
adolescente.
- Factores externos (contexto, cultura): Escasos o inadecuados programas de educación
sexual; insuficientes servicios de orientación y atención en salud del adolescente;
mitos y estigmas acerca del uso de anticonceptivos; poca o ausente oferta de
métodos anticonceptivos; asignaciones de género fundamentadas en un rol femenino
de dependencia y servicio a los hombres (incluso en el plano sexual) y centrado en la
reproducción y en las funciones domésticas; estimulación del contexto para tener
relaciones sexuales, especialmente por parte de los medios de comunicación
(televisión, cine, música, videos, revistas...), de los pares o compañeros y de los
modelos culturales predominantes; presiones, acoso sexual o amenazas de abandono
por parte del hombre; violación sexual.
El enfrentamiento del problema requiere respuestas concatenadas que incluyan
educación de la sexualidad en la familia, la escuela y la comunidad. Fuera del sector
formal de educación, los medios de comunicación representan un valioso espacio para
la transmisión de mensajes educativos y formativos. En todos los contextos, la
recodificación de los patrones de género será una estrategia clave para el logro de la
igualdad en responsabilidades y derechos por parte de los hombres y las mujeres.
La estrategia educativa resulta incompleta si no se dispone de servicios de orientación
y salud del adolescente, acorde con sus necesidades y características, provistos de
personal debidamente entrenado para preservar respeto y privacidad a los usuarios.
(Maddaleno, Cerruti, Krauskof),